"Siempre fui chico yo, de los más pequeños en ese trabajo, 19 años. Y la mayoría eran personas grandes. Casi siempre me decían: ‘morro, yo no sé por qué andas trabajando aquí. Deberías estudiar, esto no es para ti. Míranos a nosotros, ya estamos bien viejos y todavía andamos aquí trabajando. No estudiamos nunca, por eso usted lárguese en cuanto pueda’. Esos eran sus consejos."